miércoles, 4 de mayo de 2011

Ganancias y pérdidas

Hay cosas que pasan, como el tiempo, las buenas y malas rachas, las estaciones, los amigos. Y hay cosas que permanecen, persisten aunque nosotros a veces dejemos de apreciarlas, como la familia, las pequeñas alegrías de cada día... y de nuevo los amigos. Y es que ocurre eso, que hay amistades que pasan, como lo hacen los años, y hay amistades que perduran a pesar de todo. Y no porque se pierda una amistad significa que nunca la tuviste. Fue tuya pero, por suerte, por desgracia o sencillamente por destino, ya no lo es. Y esa pérdida no tiene por qué cegarte el buen recuerdo de lo que fue. En momentos así, no cabe ni merece la pena guardar rencor o resentimiento; si las cosas suceden, siempre es por algún motivo, aunque nos cueste comprenderlo. Es mejor pensar que esto funciona así...

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